domingo, 1 de agosto de 2010

La soledad

Maldita compañera,
no pedí tu compañía
y bien sabes que cada día
busco la manera de que me dejes
pero no, insistes
me sigues,
me envuelves,
no se que más hacer
por favor, has de desaparecer
déjame vivir
permíteme sentir.

Odiada compañera,
entraste en mi vida,
en silencio y desapercibida
marcharás de mí vida
avergonzada y derrotada.
Y volveré a sentir,
y volveré a vivir.

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